Los trajeron de Canadá en 1946. Eran 20, pero a falta de animales depredadores, se multiplicaron y hoy ya son más de 100.000. En Tierra del Fuego, los castores ya fueron calificados como "especie exótica invasora". El avance no parece tener freno y ahora, por primera vez, las autoridades buscarán erradicar la especie.

Hoy el Parque Nacional Tierra del Fuego parece dinamitado: los árboles carcomidos y volteados se han convertido en la postal de un espacio que solía presentar otro paisaje.

"El castor roe el árbol hasta que lo derriba, luego lo troza y lo usa para alimentarse y para construir su madriguera", explicó Adrián Schiavini, investigador del Conicet y a cargo de la Estrategia Nacional sobre Especies Exóticas Invasoras. Con estas acciones, continuó, "lo que era un arroyo de montaña se convierte en una serie de embalses de agua quieta y muchos seres vivos que vivían ahí dejan de poder moverse".

Ahora el Ministerio de Ambiente de la Nación y Tierra del Fuego coordinan un programa piloto que tendrá eje en ocho áreas específicas. El plan, que forma parte de un acuerdo que firmaron la Argentina y Chile en 2008, tiene como objetivo erradicar a estos roedores para luego restaurar las áreas afectadas.

La primera etapa a la iniciativa comenzó semanas atrás y consiste en la capacitación de un grupo amplio de personas. Una vez finalizada esta instancia de entrenamiento, se procederá a seleccionar a los 10 mejores. Ellos conformarán el equipo de personas que se dedicarán full time a cazar castores con trampas en las áreas que les sean designadas.

 

El trabajo se va realizar en el Río Pipo, el Arroyo Grande, las cabeceras del Río Esmeralda y el Río Mimica, en la reserva Corazón de lsla, en el arroyo Indio, el arroyo Asturiana, entre otros espacios.